Parroquia de Santiago el Mayor - Membrilla

9.5.07

Mes de María en Membrilla

Tradicionalmente, la Iglesia ha dedicado el mes de Mayo a la Virgen María. En nuestra Parroquia, la Virgen tiene un rostro muy concreto: es la Virgen del Espino. Durante el mes de mayo, todos los días, a las 10:00 de la mañana, un buen grupo de fieles se dan cita en su Ermita para rezar el Rosario y celebrar la Eucaristía. Además, el santuario permanece abierto todo el día para recibir las visitas de los fieles. Todos los grupos de catequesis tienen una oración mariana en el Espino, y muchos de ellos terminan el curso junto a la Virgen del Espino.

La devoción en Membrilla a la Virgen del Espino se remonta en el tiempo hasta los años de la Reconquista. Cuenta Pedro Almarcha en su libro Nuestra Señora del Espino, patrona de Membrilla que con la invasión musulmana, los cristianos devotos escondieron su tesoro más querido, la imagen de la Virgen, en un terraplén del cerro que está a las afueras del pueblo, y para protegerla plantan encima un espino para evitar acercamientos peligrosos. Con la Reconquista, se recupera la devoción:

"He aquí que transcurridos 491 años, acontenció lo que en otro tiempo tanto se anhelara, la llegada de los ejércitos cristianos. Las tomas y pérdidas fueron constantes; pero en 1212 el aguerrido rey Alfonso VIII cruzó con un poderoso ejército, parte de sus tropas sitiaron el castillo del Tocón, que los árabes habían construido allá por el siglo XI, y al cabo de dos días lo tomaron, dejando como Alcalde al Capitán Meléndez Arias, pariente del maestre de la Orden de Santiago. Esta vez la conquista parecía definitiva y los moros que defendían la fortaleza, temerosos ante las represalias ocurridas en Malagón, entregan todo lo que de valor tienen y se rinden al enemigo victorioso. Entonces, uno de los moros, llamado Jarique, ofrece al soldado que le tienen prendido salvar su vida y la de los suyos a cambio de desvelarles donde se encuentra escondido un gran tesoro. El capitán accede a lo que pide Jarique. Una vez obtenido el perdón, el anciano moro señaló el punto situado en un terraplén del castillo, unto al pie de sus murallas, por la parte del mediodía, donde había sido ocultada la imagen de la Virgen; añadiendo que podía servirles de indicador el espino que los antiguos cristianos pusieron como señal. Hallaron la imagen de la Virgen tal y como el anciano les había indicado. Con júbilo y alborozo por parte de todos los presentes que festejaron el hallazgo. El moro Jarique se sumó a esta celebración y fue tal el amor y la devoción que mostró por nuestra Patrona, que pronto recibió las aguas bautismales" (P. ALMARCHA, Nuestra Señora del Espino, patrona de Membrilla, Ciudad Real 1996, páginas 173-174).

Que la devoción a la Virgen nos lleve a una fe mayor en el triunfo glorioso de Cristo Resucitado.